el pecado es un demonio que acecha (ver gn 4:7)
"Haces esto, ¿y Yo me voy a callar? ¿Piensas acaso que Soy como tú? Te acusaré y Te argüiré cara a cara" (Salmos 50:21).
Caín se convirtió en un hombre resentido y decepcionado porque la ofrenda de Abel era aceptable al Señor mientras que la suya era rechazada (Gn 4:5-6). Entonces es cuando interviene el Señor y llama a Caín al arrepentimiento. Así le advierte: "si obras mal, el pecado está agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo" (Gn 4:7). Caín se negó a escuchar al Señor y a continuación cometió el primer asesinato (Gn 4:8).
Cuando cometemos un pecado, el Señor en Su misericordia interviene. Si no le escuchamos y no saltamos de ese tren de vida, acabaremos siendo llevados a lugares a donde no quisiéramos ir, a gente cuya compañía aborrecemos y a pecados que jamás hubiéramos pensado que llegaríamos a cometer. Ese tren de vida nos conducirá sin remedio a la muerte, a la condenación y al infierno (ver Rom 6:23).
Obviamente, nunca jamás nos debemos subir a ningún vehículo llamado "pecado". Pero si pecamos, debemos saltar inmediatamente de ese vehículo y aceptar la gracia de Dios para arrepentirnos, perdonar y confesar nuestros pecados tan pronto como sea posible. Por ello:
- Debemos dejar todo lo que tengamos entre manos en ese momento y buscar la reconciliación inmediata con nuestros hermanos y hermanas en Cristo (Mt 5:24-25).
- "Si se enojan, no se dejen arrastrar al pecado ni permitan que la noche los sorprenda enojados" (Ef 4:26).
- "Estén atentos para que nadie sea privado de la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz venenosa capaz de perturbar y contaminar a la comunidad" (Heb 12:15).
"El pecado está agazapado a la puerta" (Gn 4:7). El pecado es un cáncer que se extenderá y te matará a menos que te arrepientas tan rápido como sea posible (Gn 4:7). Arrepiéntete y controla el pecado.
Oración: Padre, recalca en mí la necesidad de una confesión frecuente.
Promesa: "'Dios me dio otro descendiente en lugar de Abel'" dijo ella, 'porque Caín lo mató'" (Gn 4:25).
Alabanza: Ronald quemó todas sus revistas pornográficas y entregó su vida a Jesús.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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