de corazón a corazón
"Y sintió pesar en su corazón" (Génesis 6:6).
Dios sintió pesar en Su corazón porque el corazón del hombre no deseaba otra cosa que maldad (Gn 6:5-6). Dios tenía el corazón partido porque el corazón del hombre se había endurecido, era desobediente y rebelde.
Jesús nos mostró en qué condición se halla Su corazón por medio de la imagen del Sagrado Corazón, sangrante y rodeado de espinas. Dios dijo que sentía dolor y pesar en Su corazón, pero nadie se imaginaba que esto fuera literalmente cierto cuando Dios se hizo hombre y adquirió un corazón humano.
Igualmente, nadie se imaginó que nuestros corazones fueran tan perversos que quisieran matar a Dios con nuestros pecados e incluso apuñalarlo en el corazón después de muerto (ver Jn 19:34). Además, nadie podía comprender cómo Dios cumpliría la profecía de Ezequiel y nos daría un corazón nuevo (Ez 36:26). Sin embargo, gracias al amor perfecto que Dios nos tiene y a Su cuerpo crucificado y a Su corazón traspasado, podemos ser bautizados y recibir un corazón nuevo.
El corazón de Dios es un misterio de un perfecto amor y un dolor agudísimo. Deja de clavarle tus pecados en Su corazón y arrójate de lleno en el misterioso amor de Su Sagrado Corazón.
Oración: "Sagrado Corazón de Jesús, te imploro que yo pueda amarte más y más".
Promesa: "¿Cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas? Ellos le respondieron: 'Doce'" (Mc 8:19).
Alabanza: Antes de entregar su vida al Señor, Roberto deseaba ardientemente sus placeres mundanos. Jesús ha transformado totalmente esos deseos y ahora están alineados con los de Dios.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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