un trapo para el polvo
"Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos" (Marcos 6:11).
"Porque el amor de Cristo nos apremia" (2 Co 5:14) a compartir las Buenas Nuevas de Jesús. Algunas personas lo aceptan mientras que otras lo rechazan. Cuando Jesús es rechazado por aquellos con quienes compartimos el Evangelio, tendemos a tomarlo personalmente. Nos sentimos rechazados, irrespetados e injustamente tratados.
Entonces debemos sacudir esta mugre y suciedad del rechazo, o nos incrustaremos con amargura. Nos sacudimos el polvo al aceptar la gracia de perdonar a los que han pecado contra nosotros. Si no lo "sacudimos", probablemente dejaremos de compartir las Buenas Nuevas de Jesús, porque Su Buena Nueva se cubre con nuestro polvo. Si tratamos de seguir compartiendo las Buenas Nuevas (aunque estemos sucios y costrosos), mostraremos a la gente el polvo de nuestra amargura en lugar del rostro de Jesús. Por lo tanto, o bien "lo sacudimos" o renunciamos a la vida cristiana. O perdonamos a nuestros enemigos o nos convertimos en enemigos de Dios.
No permita que el polvo le impida respirar el aire fresco del Espíritu Santo. Perdone y manténgase limpio de la amargura más incrustada.
Oración: Padre, dame la gracia para perdonar, ser sanado y evangelizar.
Promesa: "Expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo" (Mc 6:13).
Alabanza: Cuando la amargura comenzó a volver amarga la vida de Sara, ella entregó su vida al Señor y se llenó de puro gozo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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