Cuando Dios reveló al mundo Sus Diez Mandamientos, apartó dos de ellos para enseñarle a la raza humana acerca de Sus pensamientos sobre el matrimonio:

1. "No cometerás adulterio" (Ex 20:14).
2. "No codiciarás la mujer de tu prójimo" o el esposo (Ex 20:17).

Santo Tomás Moro y san Juan Bautista murieron como mártires defendiendo la definición del matrimonio de Dios. Seguramente muchos otros han sufrido enormemente a través de los siglos en beneficio del plan de Dios para el matrimonio.

Desgraciadamente, muchas personas no tienen un respeto tan obediente y sacrificado por el plan de Dios para el matrimonio. El adulterio y la infidelidad abundan, tanto en la práctica como en la pantalla. La llamada "redefinición" moderna del matrimonio para incluir cualquier cosa que no sea la de una unión ante Dios de un hombre y una mujer no honra el matrimonio en todos los sentidos (ver Heb 13:4). La anticoncepción y la esterilización, la pornografía, la convivencia antes del matrimonio y la fornicación son algunas de las formas en que se deshonra el matrimonio.

En la cultura secular, aquellos con agendas que se rebelan contra el plan de Dios para el matrimonio, truenan en sus púlpitos seculares y de redes sociales. Sin embargo, la Palabra de Dios declara: "Respeten el matrimonio" (Heb13:4). Nuestro sistema legal no tiene la última palabra. Dios Todopoderoso "condenará a los lujuriosos y a los adúlteros" (Heb 13:4), y a todos los que fomenten ese comportamiento. ¿Cómo juzgará Dios sus pensamientos y acciones sobre el matrimonio en el Día del Juicio Final? ¡Arrepiéntanse!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.