"los sonidos del silencio"
"Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan" (Mateo 6:7-8).
La oración es una conversación con Dios. Dado que Él es, con mucho, el más sabio de la conversación, se nos aconseja pasar gran parte de nuestro tiempo de oración escuchándolo. Su voz es a menudo el rumor de una brisa suave (ver 1 Re 19:12ss).
La voz de Dios se escucha claramente en las Escrituras, Su Palabra. Así como la lluvia, Su Palabra desciende sobre el mundo (Is 55:10). Todo lo que se necesita hacer para escuchar la voz de Dios en las Escrituras es pedirle al Espíritu Santo que nos abra los oídos para escuchar Su voz, luego abre la Biblia y comienza a leerla. La voz de Dios también se escucha por medio del Catecismo de la Iglesia Católica, la enseñanza de la Iglesia de Dios.
Una parte muy importante de escuchar la voz de Dios es el silencio. Jesús aconsejó ir a nuestra habitación, cerrar la puerta y orar a nuestro Padre en privado (Mt 6:6). Al hacerlo, bloqueamos el ruido del mundo. Tenemos oportunidad de escuchar Su voz más claramente sin competir con todos los ruidos que nos rodean.
Aún en el cielo hay períodos de silencio (Ap 8:1). "¡Silencio delante del Señor!" (Sof 1:7) Espera en la calma y en la serenidad la voz del Señor (ver Is 30:15). El silencio es el lenguaje del amor. "Es bueno esperar en silencio la salvación que viene del Señor" (Lam 3:26).
Oración: Padre...
Promesa: "El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos" (Sal 34:19).
Alabanza: Bernardita dedica por lo menos cinco días a la semana a la adoración eucarística.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial)
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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