En las lecturas eucarísticas de hoy, la Iglesia nos da un "avance" cuaresmal, para usar terminología del cine. Hoy la primera lectura de Eclesiástico se ajusta bien a Miércoles de Ceniza, pasado mañana, que comienza la temporada de Cuaresma. "Vuelve al Señor y deja de pecar, suplica ante Su rostro y deja de ofenderlo" (Eclo 17:25). "Vuelve al Altísimo, apártate de la injusticia y odia profundamente toda abominación" (Eclo 17:26). "A los que se arrepienten, les permite volver y reconforta a los que perdieron la constancia" (Eclo 17:24).

"¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez!" (Sal 32:1-2). "Pero yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa, pensando: 'Confesaré mis faltas al Señor'. ¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado!" (Sal 32:5).

Si le resulta difícil la disciplina de la Cuaresma y prefieres no prolongarla ni siquiera por dos días, la lectura del Evangelio de hoy lo alienta a que "con Dios todo es posible" (Mc 10, 27). Jesús mismo sabe que es difícil entrar en el reino de Dios (Mc 10:24). Los desafíos de la Cuaresma pueden parecer tan difíciles como el que un camello pase por el ojo de una aguja (Mc 10:25). Sin embargo, abraza el camino angosto. Que el Señor Dios te transforme en una nueva criatura en esta Cuaresma (2 Co 5:17). Que alegremente seas crucificado para el mundo y el mundo para ti (Gál 6:14).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018

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