¿Te sientes frustrado al no recibir el apoyo que necesitas? En la vida, nuestra frágil humanidad a menudo nos impide servirnos los unos a los otros como deberíamos. ¡Pero no te desesperes! "Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejercitando su oficio materno con respecto a los miembros de Cristo" (Catecismo de la Iglesia Católica, 975).

Cuando María "se paró junto a la cruz de Jesús", madre e hijo compartieron el último momento de rechazo (ver Jn 19:25). Sin embargo, no hay Resurrección sin la Crucifixión. El mal no triunfó, "porque no era posible que [la muerte] tuviera dominio sobre él" (Hch 2:24). El sacrificio expiatorio de Cristo allanó el camino para nuestro renacimiento. El plan de Dios de que nuestra salvación vendría por medio de la Iglesia se manifestó cuando "brotó sangre y agua" (Jn 19:34) del costado de Jesús. "Como Eva fue formada del costado de Adán adormecido, así la Iglesia nació del corazón traspasado de Cristo muerto en la cruz" (Catecismo, 766).

Eva fue "la madre de todos los vivientes" (Gn 3:20). Sin embargo, ella cayó en la tentación y pecó. La obediencia de María remedió la desobediencia de Eva. Por lo tanto, María es la madre de aquellos que renacieron en Cristo, de "los que obedecen los mandamientos de Dios y poseen el testimonio de Jesús" (ver Ap 12:17). Confíe en el poder de la intercesión de la Santísima Madre. Ella está lista, dispuesta y capaz de ser tu defensora.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 12 de diciembre de 2018

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.