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Viernes, 3 de mayo de 2013

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santos Felipe y Santiago


1ª Corintios 15:1-8
Salmos 19:2-5
Juan 14:6-14

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Reflexiones Similares

¿durará su fe? (cfr. lucas 14:6-14)

"Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras" (Juan 14:11).

Si creemos en Jesús, haremos mayores obras que las que Él hizo (Jn 14,12). Por la fe, moveremos montañas (Mt 17,20), conquistaremos el mundo (1Jn 5,5), obtendremos las promesas de Dios, romperemos las mandíbulas de los leones, apagaremos los fuegos ardiendo y escaparemos de la espada devoradora (Heb 11,33-34). Por la fe, aceptamos la gracia de la salvación (Ef 2, 8). Definitivamente, la fe es un verdadero regalo del Señor.

Sin embargo, no basta con tener fe una vez; esta tiene que crecer y permanecer. De lo contrario, hemos creído en vano (1Cor 15,2). Cuando mantenemos la fe, podemos hacer nuestro el mensaje de los Evangelios conservando la Buena Noticia que hemos recibido (1Corintios 15,2). Por eso es extremadamente importante proteger y cultivar nuestra fe. Nuestra oración diaria debe ser: "Creo, ayúdame porque tengo poca fe" (Mc 9,24).

Fe es garantía, espera y certeza (Heb 11,1). Fe es el resultado de una buena relación con Dios. Por eso, la fe puede crecer o disminuir frecuentemente porque todas las relaciones están continuamente cambiando. Por consecuencia, necesitamos aumentar nuestra comunicación con el Señor para profundizar nuestra relación y fomentar la fe. Necesitamos la Sagrada Biblia (Rom 10,17), la comunidad cristiana, La Sagrada Eucaristía y una vida llena de oración digna y profunda. Necesitamos una fe que crezca y que dure para siempre. ¡Señor, aumenta nuestra fe!

Oración:  Padre, aumenta mi fe para que pueda yo darte mi vida por completo como lo hicieron los santos Felipe y Santiago.

Promesa:  "Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales viven aun y algunos han muerto. Además, se apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí" (1Cor 15,6-8).

Alabanza:  Santiago "el Menor" fue un apóstol que no es recordado por sus milagros o algún mensaje especial. Él pasó a la historia por su manera de responder al llamado de Jesús hasta su muerte de mártir. Él es parte del fundamento de la Iglesia (Ef 2, 20).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012

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