estante de fruta
"Sean fecundos y multiplíquense; llenen la tierra y domínenla" (Génesis 9:7).
Las primeras palabras inscritas a los seres humanos son las palabras de la siguiente bendición de Dios: "sed fecundos y multiplíquense; llenen la tierra y domínenla" (Gn 1:28; ver también 1:22). Después del diluvio "Dios bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles: 'sed fecundos y multiplíquense y llenen la tierra'" (Gn 9:1, 7).
Jesús dijo:
- "Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en Él, da mucho fruto" (Jn 15:5).
- "La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundantemente y así sean mis discípulos" (Jn 15:8).
- "No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero" (Jn 15:16).
Dios ha dejado claro que sus hijos debemos ser como Él y dar fruto abundante. De lo contrario, seremos "recogidos, arrojados al fuego y quemados" (Jn 15:6). Por lo tanto, rindamos el fruto de la evangelización y de la santidad. Debemos guiar a otros al renacimiento (ver Jn 3:3, 5) al manifestar el fruto del Espíritu Santo (Gal 5:22-23).
Oración: Padre, pódame para dar más fruto (Jn 15:2).
Promesa: "Las naciones temerán tu nombre, Señor y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria" (Sal 102:16).
Alabanza: Los Thompson permanecieron en la fe por generaciones orando como una familia.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.